Fosforito, el apodo que mi hermano Andrés me puso cuando me vio llegar al apartamento de mis abuelos con la cabeza afeitada. Recuerdo que tenía unos cuatro años la primera vez que los cirujanos intentaron corregir los huesos del lado derecho de mi cráneo que estaban deformes. Me acuerdo vivamente estando en el salón de belleza con mi mamá y abuela, ellas hablando y explicándole a la estilista, la razón por la cual me tenían que afeitar, mientras ella pasaba una cuchilla por mi cabeza. Aun me puedo ver sentada en la silla, quieta, enfocada en mi reflejo y en el cabello color miel que me rodeaba. También puedo recordar la caminada al apartamento de mis abuelos, de la mano de mi mamá y abuela. Aunque ya no tenía mi cabello largo, recuerdo que no estaba triste. Es más, no recuerdo haber llorado mientras me afeitaban.
Sin embargo, todo cambio el momento que mi hermano me vio y exclamo “¡Cabeza de fosforito!” ahí si llore. Llore ese día y muchos más. Recuerdo una vez, una de mis varias pataletas le decía a mi abuela que mi cabello nunca jamás mi iba a volver a crecer y que mi iba a quedar calva por el resto de mi vida. Mi abuela, con su dulzura me abrazo y me dijo que mi pelo mi iba a crecer más lindo que antes y que solo tenía que ser paciente.
Mi abuela, como siempre, tuvo razón. No me quede calva. Esa fue la última vez que me afeitaron la cabeza, hasta el 17 de enero del 2018 cuando tuve mi cirugía número 20. Esta vez, fue una enfermera que me afeito en el quirófano, pero solo afeitaron media cabeza. Cuando me dieron de alta del hospital mi mamá me corto el resto de cabello, un mes después mi prima que es estilista me arreglo el corte.
3 meses despues del regreso de Fosforito |
Esta cirugía, como la primera a los cuatro años fue por causa de mi Neurofibromatosis. Esta vez, el cirujano removió la placa de plástico que otro cirujano me coloco cuando tenía 17 años para proteger la malla de titanio que protegía mi cerebro. Aunque tengo el pelo corto aun y una cicatriz en todo el medio de mi frente, mi siento completamente cómoda y hermosa con mi nuevo look.
Después de la cirugía en enero del 2018, tuve dos más una en marzo para corregir un imprevisto de la cirugía de enero y una última en octubre para remover cuatro fibromas que me molestaban. Hasta el momento no tengo más cirugías programadas pero todo puede cambiar, así como ocurrió en marzo de este año.
En esta ocasión que también tuve la cabeza afeitada, fui yo, la que bromee con el regreso de, ¡Fosforito!
Gracias RP, esta va pa' ti 🙂