No es fácil enfrentarse a la vida cuando
ante los ojos de la sociedad no eres considerada linda; vivimos en una sociedad
donde la apariencia física es cada vez más importante. Nos hemos dejado
llevar por las redes sociales y por los famosos que controlan los estándares de
la belleza. Es muy difícil y hasta imposible cumplir con todas las demandas que
nos hemos dejado imponer por los ricos y famosos sin someternos a cirugías
innecesarias solo para poder cumplir y
ser considerados hermosos.
Fue por esto mismo que yo nunca me considere
bella cuando era adolecente. Adicionalmente la burla y acoso que me hacían en el
colegio solo sirvió para confirmarme que
yo era fea. Mis compañeros se burlaban de mí por algo que estaba fuera de mi
control, por tener una apariencia física distinta a la de ellos. Nací con
Neurofibromatosis tipo 1 (NF), una condición genética que herede de mi
madre. NF afecta a todos muy distinto,
en mi caso, afecto el lado derecho de mi cara y cráneo. Hasta la fecha he tenido
un total de 22 cirugías, dos de las cuales fueron para remover fibromas que me
molestaban por el tamaño o el sitio donde estaban.
La burla más traumática fue cuando un grupo de compañeros
me entregaron una nota estando en clase. Ellos estaban sentados diagonal a mi
uno de ellos me entrego un papel doblado en cuatro. Al abrirlo vi el
dibujo de un monstro con una nota que decía “una mirada cercana a
Angela” cuando mire hacia ellos, todos cuatro se estaban riendo. Recuerdo que
me levante de mi pupitre sin decir nada y bote el papel en la basura. No llore,
no le dije nada al profesor ni me
defendí, lo único que hice fue terminar mi trabajo. Cuando mi mamá me recogió
después de clases llore, llore tanto que
mi mamá parqueo el carro y me consoló, le conté lo que había pasado y que había
botado la nota. Ella insistió en hablar no solo con el profesor pero también
con la principal, pero yo no la deje porque sabía que si ella hablaba la burla
iba ser peor no solo se iban a burlar de
mí por ser fea pero también por ser sapa.
Antes de mis 25 años yo me consideraba fea,
veía mi reflejo en el espejo y no me gustaba lo que veía, criticaba mi cara y
cuerpo constante mente como hacían los que se burlaban de mi cuando estaba en el
colegio. Escuchaba sus voces llamándome,
fea, monstro, y hasta anoréxica. Y aunque para mis 25 años yo ya había comprobada
que aunque yo creía que era fea si fue posible tener un novio, no basto para
destruir completamente las palabras toxicas que no salían de mi cabeza. Mi
primer novio fue el primer paso para sanar y para darme cuenta que yo no era
fea, ni un monstro y mucho menos anoréxica.
Es bien triste que demore 25 años para darme cuenta que soy
hermosa y sobretodo amarme completamente. Ahora, cuando veo mi reflejo en el
espejo, veo a una mujer luchadora, fuerte, y con una cara espectacularmente
hermosa aun con cicatrices. Yo he
contado con el apoyo de una familia increíble, amigos incondicionales y dos novios que aunque ya no están
conmigo, callaron las voces negativas por siempre.