Mucha gente que me ha conocido se
queda aterrada al ver que soy positiva y feliz. Para ellos, es difícil, casi
imposible, comprender mi actitud hacia la vida.
Lo que ellos no saben es que tener esta actitud drena a veces. No es
nada fácil despertar todos los días y tomar la decisión consciente de que, “yo
puedo” “yo soy capaz” “yo soy hermosa” “yo soy fuerte” y más… pero lo hago
porque la verdad, la alternativa no me gusta.
Para mí, vivir triste y lamentándome por tener esta condición no es una
opción, nunca lo ha sido. La razón de
quedarme encerrada en mi casa, echada en la cama no es una opción es porque mis
papas nunca lo hicieron cuando yo era niña. Es más, ellos eran felices viéndome
correr y trepando arboles con mis hermanos y primos.
Una de mis memorias favoritas de niña fue
cuando mis papas, hermanos, y mi abuelo Pacho manejamos a Medellín a visitar la
familia. En una de las muchas paradas fuimos a una finca que tenía varias
lomas. Mi hermano Andrés y yo nos fuimos a caminar, él me tenía de la mano para
que no me callera, pero en realidad,
era el que nos hacía caer mientras caminábamos por la loma. Yo podía ver a mis
papas en la cima y ellos solo se reían mientras Andrés me echaba la culpa por
tropezarnos y caer rodando loma abajo. Otra de mis memorias favoritas fueron los días
que pasamos mis hermanos y yo montados en la casita de árbol que nos hizo mi
papá. Y así crecí yo, tuve una niñez típica, obvio, si tenía más cuidado al
hacer ciertas actividades, pero mis papas nunca me decían “no”. Mi mama me inscribió a gimnasia pero lo tuve
que dejar porque me daba mareo y dolores de cabeza. También me inscribió al
equipo de natación y a clases de teatro y danza. Ella siempre estaba dispuesta
a meterme en todo de lo que yo le pidiera, su objetivo, “tú, hija mía, eres
como todos los demás”
¿Entonces, como yo, de adulta, voy hacer
una injusticia a la forma que me criaron al quedarme echada en mi cama,
lamentándome? No puedo, aunque hay días
que de verdad quiero tirar la toalla. Pero es entonces que el universo me hace
llegar mensajes que me animan una vez más.
Por ejemplo, recibo un mensaje de uno de mis lectores dando me las
gracias por compartir con ellos, o me publican en la fundación de NF o una artista
en el estado de Nebraska quiere pintar mi retrato.
Yo no me había dado cuenta del impacto que
yo hago para aquellos que si están realmente deprimidos, desanimados o aún más
sin ganas de vivir. Parame, poder darles a estas personas un granito de ánimo y
esperanza es un triunfo. Es por eso que cuando se me presento la oportunidad de
compartir mi historia en una entrevista que iba a tener un impacto para la
comunidad latina acepte inmediatamente. ¡No solo eso, si no, también invite a
una amiga que también vive con esta condición porque ella también es una
guerrera! Hacemos más impacto compartiendo dos historias de fortaleza que solo
una.
El 8 de febrero, Aurea R. De Mi Gente Tampa Bay
nos entrevistó a Kathy y a mí para la televisión pública. La entrevista aún no
está disponible, pero apenas lo este, con mucho gusto comparto el link.